Uncategorized

CÓMO EL AYUNO, EL SILENCIO Y LA SOLEDAD ENSEÑAN QUE ESTAMOS SANTO

La raíz del santo indica, “separado, distinto de”. Este es un aspecto central de la libertad. Dios está separado de la creación. Dios es santo porque está libre de las limitaciones físicas y de las compulsiones pecaminosas del mundo físico. La santidad, entonces, es más que una categoría moral de perfección sin pecado. Ser santo significa que llevamos una vida que está separada de la influencia tóxica del mundo, distinta del sistema de valores y las motivaciones del mundo. Santidad significa que llevamos una vida basada en la agenda de Dios, liberándonos del campo de fuerza de los deseos y impulsos mundanos. Esta santidad incluye la búsqueda de la pureza moral, pero va más allá de la pureza para desarrollar en nosotros una genuina motivación para buscar a Dios y al reino de Dios.

Visto en esta luz, el ayuno, la soledad y el silencio toman un significado completamente nuevo en nuestra batalla con el pecado. Al renunciar voluntariamente a la comida, la compañía o la conversación por un tiempo determinado, estamos debilitando el poder que estas cosas tienen sobre nosotros en la vida cotidiana. Somos libres de elegir más allá de nuestras inclinaciones naturales. Y estaremos aún mejor preparados para elegir por encima y más allá de las inclinaciones naturales que son perjudiciales para nosotros, como reacciones excesivas, promiscuidad sexual o chismes.

Soy libre cuando puedo vivir en este mundo sin convertirme en un prisionero. Este desapego es una expresión positiva de mi compromiso con Dios y mi libertad en Cristo.

por Douglas Rumford.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *